En el marco
del Día Mundial de la Prevención del Accidente Cerebro Vascular ACV, que se celebra el 24 de junio recordamos que el ataque cerebral es una enfermedad muy frecuente, prevalente y
que se asocia no sólo a un riesgo de muerte sino a un elevado porcentaje de
discapacidad ; el 60 % de las personas que sufrieron un ACV presentaran
discapacidad a un año y el 30 % de estos presentara una discapacidad severa lo
que significa que el paciente queda totalmente dependiente de otras personas y
artefactos para poder alimentarse , respirar.
Un ACV es
una alteración en cualquiera de las funciones neurológicas del cerebro. Es
ocasionada por una alteración en la irrigación sanguínea en el aporte de sangre
que se hace por arterias o por venas
El ACV isquémico,
que es la causa mas frecuente de ACV, las arterias que llevan sangre y
nutrientes al cerebro (oxigeno y glucosa) se ocluyen o tapan generalmente por
la existencia de un coagulo o por una placa formada por cristales de colesterol
que se desarrollan en personas que tienen factores de riesgo cardiovascular.
Cuanto más
factores de riesgo tenga la persona es más propenso a sufrir un ACV o un
infarto en el corazón, acentuó.
Los factores de riesgo son principalmente la edad. Tener más de 55 años en el hombre o más de 65 en la mujer, la presión arterial elevada más de 135/85, colesterol elevado, especialmente LDL, la diabetes mellitus, que aumenta el nivel de glucosa en la sangre y fumar o haber fumado por mucho tiempo.
Los síntomas
que puede sentir una persona frente a una ACV son muy variables, entre los más
comunes, se encuentra el déficit motor, se trata de alguna alteración en la
fuerza, que generalmente se manifiesta en una mitad del cuerpo, cara, brazo y
pierna aunque a veces puede estar afectado una sola de estas tres partes,
mencionó.
Una prueba
sencilla de paresia mínima es elevar los dos brazos hacia adelante y que algún
testigo evalúe si alguno de los brazos tienen alguna caída.
Otro síntoma
es el lenguaje, la dificultad para nominar cosas, objetos, la persona pierde la
capacidad de hablar fluidamente en forma abrupta, uno señala un objeto una
mesa, silla y la persona se vuelve incapaz de nombrarlo, esto ocurre
principalmente cuando se afecta el lado izquierdo del cerebro.
Además, se
pueden presentar alteraciones visuales, la persona deja de ver con un ojo,
alteraciones sensitivas en la una mitad del cuerpo o la otra aparecen,
hormigueos, electricidad, o incluso la sensación de anestesia, trastorno en el
comportamiento, en el equilibrio.
Éstos son
los síntomas iniciales de que el flujo del cerebro se esta viendo alterado, no
necesariamente significa que ese déficit va a quedar fijo así o que va a quedar
como una secuela, la verdad es que puede avanzar a una daño severo con
hemiplejia o se puede quitar como una aviso o crisis isquémica transitoria de
un futuro infarto cerebral mayor.
Si el
paciente es atendido en emergencia y se toman las medidas adecuadas de
medicación, control y de la presión arterial esos síntomas se pueden revertir y
la persona puede quedar con poca o sin ninguna secuela. Ante estos síntomas es
muy importante concurrir lo antes posible a un centro con capacidad resolutiva,
porque algunas medidas que se pueden tomar en las primeras horas de una ACV son
claves para disminuir el área afectada del cerebro por lo tanto disminuir el
riesgo de muerte y de discapacidad.